Ante la pregunta de de quiénes son los que disfrutan de plenos derechos como ciudadanos digitales tendríamos la respuesta a priori parece sencilla, aquellos que tienen acceso a un ordenador con conexión a Internet. No obstante, no todos los que disponen de un ordenador pueden acceder a él en cualquier momento; muchas personas tienen acceso a los recursos digitales en el trabajo, en la universidad, en un locutorio o cibercafé, en la biblioteca pública… Incluso puede haber diferencias en cuanto a la disponibilidad horaria de la conexión a Internet…
En mi opinión estas diferencias responden directamente a un patrón económico, nadie con muchos recursos va a la biblioteca o a un cibercafé expresamente a consultar internet, sino que tienen su portátil con una buena conexión en su propio domicilio.
Esta brecha digital se ve además acrecentada por el hecho de que las personas con menos recursos económicos carecen en muchas ocasiones de la capacitación necesaria para usarlo a pesar de que el acceso al mismo sea gratuito.
Las desigualdades sociales son previas a las TICS, las tecnologías lo que hacen es incrementar o acentuar las diferencias ya existentes. Desde la administración pública se deben fomentar los cursos gratuitos de capacitación, tanto a un nivel básico como medio así como la disponibilidad de ordenadores con una buena conexión a Internet. Me parece que la utilización de software libre en instituciones públicas en es una buena forma de dar al usuario la últimas versiones disponibles, ahorrándose además el pago de patentes.
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